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Símbolo maya del conocimiento.

¿COMO ES DIOS SEGÚN LA BIBLIA JUDEO-CRISTIANA?

Sin duda la Biblia nos presenta al ser más odioso que la mente humana haya concebido en cualquier tiempo… ¡DIOS!
Haciendo un breve repaso a su pensamiento, claramente reflejado en las páginas del libro que la cristiandad considera el mas importante entre los existentes del que, sin duda, es perfectamente aceptable como valor importante, su antigüedad, que viene a reflejar el pensamiento de quienes compilaron la mencionada obra, ya que la aportación de datos que se incluyen en ella no pueden considerarse históricos.
La mencionada obra nos presenta como inductor o inspirador intelectual de la misma a un ser omnipotente, omnipresente y eterno como factotum de todo lo existente y aún preexistente en el Universo. Sin embargo cuando se lee el libro con atención, lo único que se hace patente es la incompetencia de Dios en su Creación y en las obras que en el libro le atribuyen, así como en su pensamiento perverso no menor que sus acciones nefandas.
Amenazador, rencoroso, vengativo, racista y sobretodo terrible, resulta increíble que entre los seguidores de tal leyenda sea intuido como “Ser supremo símbolo del Amor”.
Vanidoso hasta la exageración se presenta ante sus criaturas, los hebreos luego israelitas, como Ehyé asher Ehyé (Yo soy el que soy) y estos, por respeto, se dirigen a Él como… Adonai, Baal o Señor según sea la civilización que a Él se refiere. Y al igual que en la Edad media durante la época feudal, tiene poder sobre nuestras vidas y haciendas.
Se hace adorar según rituales predeterminados cuya falta de observancia comporta castigos tan desmesurados como… ser quemado vivo por no vestir adecuadamente o no ir bien bañado y ello no solo a quien incumple tal o cual norma, si no a decenas de generaciones sucesivas a las que, asimismo maldice ¡Cuanta bondad!
Caprichoso, ordena a un padre fiel seguidor de su Señor que asesine a su propio hijo en holocausto… ¡Solo para comprobar su fidelidad! Puede entonces extrañarse alguien de que Él mismo permita la pretendida crucifixión de su propio hijo Jesús (Ieshua, en hebreo) quien lo reclama desesperado desde la cruz… ¡Y al que abandona! Y lo más incongruente es que Padre e Hijo por obra del Espíritu Santo… ¡Sean la misma persona! Aunque claro, tal aberración solo es atribuible a los evangelios, palabra que creo oportuno aclarar, solo significa “Novedad”, a secas.
Rodeado de seres terribles por su capacidad de destrucción y cuya apariencia es medio humana y medio animal, los ángeles y arcángeles o aquellos otros, los serafines con su apariencia llameante o los querubines con sus cuatro caras, a saber: de hombre, de águila, de león y de toro según Ezequiel, lo mismo que la Esfinge o los atributos de los cuatro evangelistas (ver su representación debajo del altar mayor en la Iglesia de Vilafranca del Penedés). Ellos son su guardia pretoriana quienes, a su mandato castigan a los humanos cuando no están fornicando con las humanas.
Sorprende ver los templos del catolicismo llenos de ancianas adorándole, a pesar de su manifiesta misoginia llevada hasta el extremo de condenar a perpetuidad a su segunda magna realización sobre nuestro planeta, la creación de la primera mujer, Eva (o Hava, en el original hebreo) a la que condena a parir con dolor y de pasada a todas las de su sexo… ¡Hasta la eternidad!
¿Y que es lo que motivó tal hecho? La existencia de otro Ser supremo acaso tan poderoso como Él al que conocemos con el denominativo de Satán (Que también fue otro Ser de su creación pero anterior a los humanos y que también le salió mal), quien ofreció a la mujer un fruto puesto por el mismo Dios al alcance de su mano pero…, prohibiendo su consumo a continuación ¿No es ello prueba de sadismo? Exponer ante tus ojos un bien preciado y apetecible o incluso necesario, para poder castigarte si lo tomas.
¿No es asimismo prueba irrefutable de que el tal Dios es también… celoso? y, ¿No son los celos prueba clara de inseguridad frente a un rival existente supuestamente igual a Él?
¿Y no será tal rival… solo ¡La duda! Sí, la duda existencial del propio Dios o… siendo lógicos y racionales, de quien describe al Dios que está creando a partir de su propia inseguridad, de su duda personal que no es distinta de las nuestras.
Pero sigamos; o bien Dios duda de su poder o, lo que es peor aún, planea divertirse con las dudas de los personajillos que acaba de crear… los seres humanos; con nuestros temores, miedos y vacilaciones. ¿No sería todo ello de ser cierta la existencia de Dios, definitorio de perversión y maldad?
Y antes que cualquier psicólogo o psiquíatra nos recuerde que lo reseñado en el Libro de los Libros “no son mas que metáforas”, quiero recordar que detrás de las mismas y durante miles de años, se nos ha perseguido, torturado y condenado a muerte si dudábamos lo mas mínimo de lo escrito en sus páginas.
 
   
 
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